El Museo de Arte Moderno Chiloé se concibió para difundir las vanguardias en el extremo sur de Chile. Su sede es un ejemplo de revaloración espacial.
Edward Rojas: reinterpretación de la arquitectura chilota
El estudio de arquitectura de Edward Rojas se distingue por su reinterpretación en clave contemporánea de la arquitectura vernácula de Chiloé. Debido a esta especialización recibió el Premio Nacional de Arquitectura de Chile en el año 2016.
Rojas, criado en el desértico norte del país, se asentó definitivamente en Chiloé a finales de la década de 1970. Ya en el sur fundó el Taller Puertazul, junto al arquitecto Renato Vivaldi, el escritor Gustavo Boldrini y el antropólogo Mauricio Marino.
El archipiélago de Chiloé está situado a unos 1.200 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Entre ellas destaca la Isla Grande de Chiloé, con una longitud de 180 km de longitud y unos 50 km de anchura. Su clima es fresco y húmedo. Llueve durante más de 200 días al año, oscilando sus precipitaciones entre los 1.800 mm y 3.000 mm. Por lo tanto se trata de una climatología hostil, asimilable al que encontramos en zonas de Norteamérica o del norte de Europa.
Vista aérea de la Explanada de las Esculturas del MAM Chiloé
Vista exterior de la Residencia-Taller de artistas del MAM Chiloé
El aislamiento respecto al resto del continente ha marcado el carácter de los chilotes. Por esta razón, las relaciones generadas durante siglos entre los pueblos originarios y los colonos europeos, dio como resultado un interesante sincretismo cultural.
La economía chilota ha sido básicamente de subsistencia desde tiempos pretéritos. Los campesinos conjugaban la agricultura de tubérculos, ganadería ovina, pesca y marisqueo de orilla. Esta simbiosis entre la tierra y el agua, es el sustrato sobre el que se asienta esta sociedad eminentemente rural. Debido a esto se ha aculado un término para describirlo: bordemar (Rojas Vega & Vivaldi, Chiloé, cultura y bordemar, 1979). Este término abarca todo lo relacionado con la frontera osmótica entre el territorio y el maritorio.
Chiloé según Edward Rojas (Glaciar Digital & Archdaily, 2018)
La arquitectura vernácula chilota
La construcción tradicional es una muestra de la amplia riqueza cultural que atesora Chiloé. Su función primordial es resguardar a sus habitantes de la meteorología adversa. Como consecuencia de esto las características básicas de esta arquitectura vernácula son:
En primer lugar la elevación de la edificación respecto al plano natural del terreno, para aislarla de la humedad. Aprovechamiento de ese espacio residual para situar la leñera o almacén doméstico. De esta forma, esta construcción elevada puede producir los conocidos palafitos chilotes, cuando se produce en el límite costero.
También el acceso elevado al nivel principal mediante escalera. Volumen anexo previo al acceso, a modo de cortavientos o “chiflonera”.
Además la gran importancia de las edificaciones anexas, que cumplen una función básica en toda sociedad agrícola. Almacenes, galpones, pajares, molinos, establos, cuadras, etc.
Cubiertas con fuertes pendientes en sus faldones. Aleros que protejan las fachadas.
Utilización del espacio existente bajo la estructura de cubierta, ya sea como desván o habitación. Iluminación mediante miradores, troneras, ventanas a 45º a modo de ojo de buey, etc.
Finalmente la instalación de bow-window y balcones acristalados, para favorecer la ganancia solar.
Las tejuelas se utilizaban en la construcción de todo tipo de edificaciones con madera de especies autóctonas, como el ulmo y el alerce patagónico o lawan. Por lo tanto el uso de madera nativa no solo se limitaba al levantamiento de la estructura mediante piezas de grandes escuadrías. Igualmente servía para forrar las cubiertas y fachadas con pequeñas piezas denominadas tejuelas. Asimismo su disposición siempre es contrapeada entre filas, solapándose la superior sobre la inferior en una proporción de 2/3 del total.
Edward Rojas y su equipo del Taller Puertazul, fueron unos de los principales impulsores de crear un Museo de Arte Moderno (MAM). Sin duda tenían el sueño de levantar un museo experimental situado en una latitud extremadamente austral.
La periferia de la periferia, concepto con el que se referían a los territorios aislados de América Latina. Había que demostrar que las vanguardias no eran exclusividad de las grandes capitales. La idea se incubó a mediados de la década de 1980, en plena dictaduramilitar de Augusto Pinochet (1973-1990). A pesar de que el contexto sociopolítico de la época no favorecía a un proyecto cultural de estas características.
A partir de 1988 se realizaron muestras anuales en el Internado Campesino San Francisco de la ciudad de Castro. Además, este edificio del que Rojas también es coautor, acogió las dos primeras versiones del MAM. Por consiguiente, el evento siguió creciendo y reclutando jóvenes artistas que deseaban exponer en ese lejano museo austral.
Consolidación definitiva (1991-actualidad)
Como resultado del éxito de las primeras ediciones del MAM la Municipalidad de Castro cedió una construcción abandonada. Gracias a los fondos de la Embajada de Suecia se rehabilitó el edificio (1, 2 y 3) convirtiéndolo en la nueva sede desde 1991.
En 1993 hubo una ampliación con tres salas expositivas (6, 7 y 8) conectadas con el volumen original por un pasillo (5). Como consecuencia, la luz cenital va a inundar los espacios expositivos a través de lucernarios.
Desde el principio se tuvo claro que el Museo debía estar habitado durante todo el año, proclamándose “Territorio Independiente del Arte”. Por ello dejaban clara su vocación de crecimiento permanente. Posteriormente, se construyó otro volumen de dos niveles destinado a Talleres y Residencia de artistas (9). También se transformó una estructura preexistente para trabajadores encargados del mantenimiento del recinto (11).
Por otro lado el espacio existente entre todas las edificaciones se le denominó Explanada de las Esculturas (12). La idea era que funcionara como una sala polivalente al exterior. Es premiado en la X Bienal de Arquitectura de Santiago de Chile, en la categoría Restauración Patrimonial y Reciclaje. Como colofón logró el premio especial que brindó en esa ocasión la Junta de Andalucía en 1996.
Como resultado se amplió en 1997 con un volumen destinado a Taller de Restauración (10), que alberga la colección permanente. Finalmente, se concluyó ampliando la edificación matriz con una Sala-Auditorio (4) adherida en 1998.
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