
Premio de Arquitectura de Castilla y León 2020-2021
La XII edición de este premio de arquitectura ha estado marcada por la pandemia de la COVID-19 con trabajos realizados en 2020 y 2021.
La falta de arquitecto en una actuación de aumento de la eficiencia energética, disminuye el potencial para mejorar el bienestar de los habitantes de una ciudad. La carrera de la reducción de emisiones es una oportunidad única para transformar los edificios, haciéndolos mejores y más bellos.
Existen varias formas de mejorar la eficiencia energética de un edificio, pero una de las menos apuntadas en el ámbito de la reforma tiene grandes beneficios adicionales:
Aumentar el tamaño o número de ventanas, hablando en plata.
Vemos con mucha frecuencia intervenciones energéticas en los edificios, que van a ser cada vez más y más frecuentes gracias al enorme plan de ayudas y estímulos públicos que tendremos en los próximos años, para dirigirnos hacia el consumo casi nulo.
Dentro de las intervenciones en sistemas pasivos, una de las más populares y efectivas desde el punto de vista energético, es la colocación de una piel exterior aislante: SATE, fachada ventilada, etc, pero,
Otra de las más populares es el cambio de ventanas por otras de mejores prestaciones térmicas y un mayor nivel de hermeticidad, que puede suponer un importante ahorro.
Las ventanas son un elemento esencial del edificio desde todo punto de vista: estético, de salud, de confort, etc, pero sin duda también desde el punto de vista energético. Es el único elemento que genera ganancias y pérdidas significativas, y por tanto, trabajar los huecos, repensándolos, es una manera formidable de hacer los edificios más humanos y eficientes.
Las ventanas son ”radiadores gratuitos” que calientan la casa en invierno y son fáciles de proteger de la radiación en verano, pero además son un elemento para que el arquitecto juegue con la creatividad arquitectónica en beneficio del usuario.
¿Por qué no promover que sean arquitectos quienes hagan intervenciones que cambien el edificio de una forma más profunda? Probablemente veríamos intervenciones mucho más interesantes, que harían la vida de las personas mucho mejor y que darían valor a barrios muy devaluados.
Para muestra un botón. En las intervenciones de los recién galardonados con el Premio Pritker Lacaton y Vassal, a los que el diario argentino Clarín denominó (de forma muy graciosa, pero increíblemente acertada ) ”Dos expertos en reformas”
La intervención en el edificio superior en Burdeos, de la que vemos el antes y después documentado en la propia web de los arquitectos, es una auténtica maravilla y un ejemplo de cómo, arquitecto mediante, podemos transformar la ciudad haciéndola más bella, así como la vida de quienes la habitan.
En contraposición, las actuaciones energéticas habituales.
¿mejoran la eficiencia? Sí
¿Hacen mejor la vida de los inquilinos? Bueno, la hacen más barata
¿Reducen la cantidad de luz en el interior? Sí. Y ya de por sí era poca.
¿Es el edificio más bonito que el original? Ni siquiera.
¿Aumentan el valor del barrio? Psss
Mayor ambición en la intervención, pensar en mejorar el bienestar de una forma más holística y contar con un arquitecto, son ingredientes de éxito para cambiar en la dirección correcta. Con un gran beneficio para la salud y mejorando la eficiencia energética, gracias a aumentar las ganancias solares.
Y de nuevo, para muestra un botón.