
CLESA y la luz cenital como atributo patrimonial
La fábrica de CLESA utiliza la luz cenital como leitmotiv del proyecto y llega a nosotros como uno de sus principales atributos patrimoniales.
Llevamos unos 50.000 años de adaptación al entorno y, a nuestros antepasados, les llevó casi tres millones de años de evolución convertirse en lo que hoy somos.
Todas las adaptaciones, incluidas las de nuestro cerebro, ocurrieron en entornos diferentes a las 4 paredes entre las que hoy pasamos 90% del tiempo.
Somos seres adaptativos, pero mientras ocurre, nos conviene crear espacios teniendo en cuenta las necesidades biológicas de nuestro cerebro y mejorar así, nuestro bienestar psíquico, fisiológico y emocional.
Una de las teorías más aceptadas de la Neuro arquitectura es la del biólogo estadounidense Jonas Salk quien trató de promover un edificio diseñado de manera que estimulase neurológicamente al ser humano.
Cuando Salk estaba inmerso en tratar de descubrir una solución para la enfermedad de la Polio, se vio bloqueado y su mente no era capaz de crear, no avanzaba en su propósito y decidió emprender un viaje en busca de la inspiración.
Acudió a Europa, a la cuidad italiana de Asís, y allí recuperó su creatividad y dio con la solución que salvó la vida a cientos de miles de personas en todo el planeta.
Tal era el problema a nivel internacional que Salk se negó a patentar la vacuna y distribuyó la fórmula de forma gratuita a la comunidad científica internacional.
El investigador estaba convencido de que fue la atmósfera de la ciudad de Asís la que desatascó su mente, los espacios construidos, la geometría, la orientación, las vistas etc. Tuvo la intuición de que la clave en su proceso de investigación fue la arquitectura de la ciudad ,pues él, ya tenía acceso a entornos naturales y aire limpio en su ciudad de origen, pero la gran diferencia entre Italia y EEUU, fue la arquitectura que lo rodeaba.
Con el convencimiento de que la arquitectura puede estimular la mente, solicitó al arquitecto estadounidense Louis Kahn el diseño y la construcción de un espacio de investigación científica capaz de estimular la creatividad de los trabajadores. Kahn ideó un conjunto de viviendas, oficinas y laboratorios en los que se implementaron conceptos que hoy sabemos que forman parte de la neurociencia.
Los espacios de creatividad tenían orientaciones muy concretas, vistas al infinito sobre el océano Pacífico y una geometría muy controlada. Los espacios de producción, en cambio, se diseñaron de forma que las personas que allí trabajaban pudiesen poner el foco en su trabajo de forma eficiente.
Así nació el Instituto Salk, en la Jolla, California, como un centro de investigación científica basado en la estimulación cerebral para la creatividad, edificio en el que hoy se erige la ANFA (Academy of Neuroscience for Architecture) “Academia de neurociencia para la arquitectura”.
La neurociencia aplicada a la arquitectura tiene como objetivo introducir elementos de diseño que sabemos que nuestro cerebro es capaz de percibir en el plano subconsciente y que significan un mejor un funcionamiento del sistema nervioso central, ya sea en términos de relajación, reducción del estrés, mejora del rendimiento y un largo etcétera.
Hemos normalizado determinadas condiciones ambientales nada saludables a nivel biológico y neurológico, hasta el punto de no percatarnos de lo nocivo de un aire demasiado viciado, de una iluminación insuficiente en la zona de trabajo, o cómo la contaminación electromagnética generada por nosotros mismos en casa puede derivar en severos problemas de alteración del sueño y lo que conlleva.
Los actuales conocimientos en neurociencia, aplicados a la arquitectura, el interiorismo o la decoración, nos han abierto un abanico de posibilidades de trabajar los espacios de manera que incidan directamente sobre el comportamiento de las personas.
Podemos diseñar un salón donde los usuarios tengan tendencia a comunicarse más y de forma más honesta o, un estudio que favorezca la concentración y la creatividad. Incluso podemos crear espacios de restauración cerebral para los usuarios de oficinas y escuelas.
Existen estudios que demuestran que el uso del diseño Biofílico en escuelas – un diseño que fomenta el contacto con patrones que nos conectan con un entorno más amable y que desencadena procesos neurológicos de restauración cerebral – tienen una repercusión positiva, directa y cuantificable en los resultados académicos y de bienestar de los alumnos de los centros en los que se ha implementado.
Este tipo de diseño se normalizará y perfeccionará. También hace años que se implementa en locales comerciales y oficinas, y en las próximas décadas se irá incorporando al mercado residencial.
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