
Premio de Arquitectura de Castilla y León 2020-2021
La XII edición de este premio de arquitectura ha estado marcada por la pandemia de la COVID-19 con trabajos realizados en 2020 y 2021.
Un informe de GBCe junto con la empresa H.A.U.S. busca sentar una nueva base en el diseño y construcción edificatorio informando a todos los agentes de aquellas cosas intangibles que relacionan el espacio construido con la salud y el bienestar. Que convierten la arquitectura en saludable.
Como dice su portada: “aspira a ser también un instrumento divulgativo y de sensibilización de todos los agentes vinculados de una u otra forma en el sector, facilitando la difusión y el manejo de indicadores fiables para el diseño y construcción de espacios saludables y confortables.”
Hasta el índice es bonito.
El corazón del informe es el análisis de la relación de las personas y sus actividades fisiológicas con el entorno construido. Se recopila información sólida y respaldada científicamente sobre las necesidades del ser humano y cómo la arquitectura puede satisfacerlas sólo con ser consciente.
La primera entrega se centra en el vínculo fisiológico entre los tres entes. Éste es un pequeño resumen de los temas recogidos en ella.
Este capítulo constituye más de la mitad del reportaje. Es donde se recrean los autores en analizar esas cosas que de manera inconsciente sabemos que necesitamos como seres humanos. Y lo hacen con una aproximación científica y sólida que permita al diseñador identificar y conocer muy bien las oportunidades y amenazas de todo espacio interior para sus ocupantes.
La OMS señala que cerca del 80% de las ciudades del mundo superan los límites de calidad del aire, y que nueve de cada diez personas respiran aire contaminado.
Según la EPA (US Environmental Protection Agency), la calidad del aire interior es entre 2 y 5 veces peor que la exterior. Para algunos contaminantes esta cifra es más de 100 veces superior.
La incorporación, especialmente a partir de los años 70, de materiales de construcción y productos de acabado de origen sintético, en combinación con la creciente estanqueidad de las viviendas debida al encarecimiento del precio de la energía, ha dado especial relevancia al fenómeno de la contaminación de espacios interiores.
Rea, W. 1994. Chemical Sensitivity, Vol. II Sources of Total. Body Load. Lewis Publishers, Boca Raton, FL.
A continuación, se hace una buena enumeración y explicación de los principales agentes presentes en el aire que tienen una repercusión en la salud, en general y en el aire interior de las viviendas.
Y se concluye que para dejarnos respirar con tranquilidad, se debe evitar los contaminantes, controlar la calidad del aire eligiendo materiales y técnicas de construcción adecuados y mejorar la calidad del aire con técnicas correctoras.
“La sucesión de ciclos día-noche es el principal sincronizador de los ritmos circadianos, responsables del control de ritmos fisiológicos y comportamentales ligados a la mayoría de los sistemas orgánicos.”
El descanso es uno de los pilares fundamentales en el mantenimiento de una buena salud. El papel de la arquitectura y el urbanismo en el acceso a la luz natural durante el día y el aseguramiento de la oscuridad durante la noche, es fundamental. Es innegable que el espacio que nos rodea y los factores ambientales son determinantes para la duración y estructura del sueño.
Además, el análisis incluye otros factores como la temperatura, la calidad del aire, las radiaciones y el ruido.
No parece fácil asociar el entorno construido con la calidad de nuestra alimentación; sin embargo, está más relacionado de lo evidente a simple vista. Los materiales de la zona de tratamiento de alimentos tienen un vínculo directo con el estado de la comida. Y el ambiente interior de los espacios de comedor, con determinados hábitos alimenticios y la experiencia de la ingesta y la calidad del agua, con nuestra salud.
El diseño de zonas de cocina debe ser muy riguroso en cuanto a calidad del aire, condiciones higrotérmicas, separación de espacios de almacenamiento de productos tóxicos y la elección de materiales y acabados consciente de su influencia en la salud. En el caso de los comedores, la iluminación, el ruido, la temperatura, el olor, las vistas o las dimensiones del espacio determinan la forma en la que recibimos los alimentos.
Por último, el edificio en su conjunto puede aportar mejoras en este ámbito cuidando el suministro y conducción del agua, cuya calidad es muy importante, y a través de señalética, localización y recorridos que promuevan una aliemntación saludable.
Tradicionalmente, los arquitectos hemos dedicado tiempo a pensar en cómo son los recorridos por el interior y exterior de los edificios, para mejorar la funcionalidad o el disfrute. Desde hace un tiempo, también en la accesibilidad. Ahora, que pasamos cada vez más tiempo dentro de espacios cerrados, debemos incluir en el proceso la promoción de la actividad física.
“El diseño de los edificios no sólo debe permitir el correcto movimiento de las personas que los utilizan, adaptándose a las diferentes necesidades
y limitaciones sino también incentivar la actividad física.”
También tenemos la opción de diseñar espacios donde la postura del cuerpo pueda cambiar a lo largo del día. Además, la arquitectura puede fomentar la actividad física fuera del edificio potenciando los desplazamientos en bicicleta o a pie. La integración con el tejido urbano y un planeamiento de usos mixtos se asocian con mayores niveles de actividad física y menor peso corporal.
Además, encontramos en este capítulo una buena recopilación de las exigencias normativas en estos aspectos.
Por último, hay otras aproximaciones interesantes como el factor temporal, que se aborda a través del análisis de los ciclos: día, año y vida. O los capítulos sobre pautas y medidas en el proceso de diseño y construcción.
Las próximas entregas se centrarán en factores cognitivos y socioemocionales.
Esperamos que este informe tenga la repercusión y la continuidad que se merece.
Podéis descargar el informe completo en la web del GBCe.